Una estrella y dos cafés


Me pregunto si hay algún lugar que no sea bonito en Argentina. He visto películas rodadas en el Norte, en el centro y en el Sur del país y todas tienen en común la belleza de los parajes, la magnificencia del entorno y esas puestas de sol absolutamente increíbles. Sigo hablando de las películas que pude ver en el Latin American Film Festival que se celebró en Utrecht no hace mucho y hoy le toca el turno a Una estrella y dos cafés.

Un julay descubre la amistad en Purmamarca

Lo repito una y otra vez por si alguien lee esto y me hace caso. En Sudamérica se hace hoy por hoy el mejor cine en castellano. Tienen guiones excelentes, actores brillantes y no se como se las apañan pero todas las películas les salen redondas. Hacer una película sobre la amistad de una niña y un hombre y abarcar un espectro tan grande de emociones y sentimientos no es fácil. El protagonista, un arquitecto, llega a Purmamarca, un poblacho perdido en el medio de la nada en el norte de Argentina para medir unos terrenos y hacer el proyecto para una vivienda. Allí conoce a Estela, una niña de la que se hace amigo. Ella le enseña el pueblo, lo ayuda con las cosas que necesita y le descubre su mundo. Ambos abrirán sus corazones y se contarán el uno a la otra lo que sienten, los problemas que tienen, sus miedos e incertidumbres. Su amistad se va afianzando y aunque la niña intenta llevarla por la vertiente sexual, él no lo permite. Su esposa, de la que se acaba de separar, llega al pueblo y se da cuenta que la niña quiere algo más y también ayuda a la pequeña para que no salga lastimada cuando su sueño se rompa. Todo esto rodeados de unas montañas impresionantes, unas planicies absolutamente increíbles y un cielo estrellado al que el protagonista mira siempre para encontrar aquellas estrellas que conoce. Merece la pena mencionar la banda sonora de la película porque la música es preciosa.

La película nos habla de amistad, de esa amistad instantánea que surge entre desconocidos que al poco de conocerse ya parecen hermanos. Habla de sufrimiento, de como se nos rompe el corazón una y otra vez y como tratamos de pegar sus pedacitos y seguir adelante y de la ayuda que recibimos por parte de extraños. También es una historia de soledad, de sabe que te despiertas por la mañana sin nadie a tu lado, de sentir un vacío y por último es también un adiós a la niñez, una despedida de todo aquello con lo que creciste y que dejas atrás cuando te conviertes en hombre (o en mujer). Es el ciclo de la vida.

Al salir del cine recordé aquellas noches en las que subía a la azotea en mi casa con mi pequeño libro para mirar las estrellas y encontrarlas y repetir en alto su nombre mientras ellas titilaban allá arriba. Creo que buscaré ese libro la próxima vez que vuelva a España y me lo traeré para salir al jardín en los pocos días que tenemos un cielo estrellado y tratar de recuperar aquellas noches frescas en las que miraba hacia arriba y descubría que el Universo es inmenso.

Absolutamente recomendada para todos aquellos a los que les guste el buen cine, las historias tristes pero al mismo tiempo con esperanza y aún recuerden lo que fue ser niño.
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4 respuestas a “Una estrella y dos cafés”

  1. Por lo que veo el protagonista es el mismo de Iluminados por el fuego no? Me ha encantado esta reseña, me quedo con muchas frases escritas y después de leer esto:

    «Al salir del cine recordé aquellas noches en las que subía a la azotea en mi casa con mi pequeño libro para mirar las estrellas y encontrarlas y repetir en alto su nombre mientras ellas titilaban allá arriba. Creo que buscaré ese libro la próxima vez que vuelva a España y me lo traeré para salir al jardín en los pocos días que tenemos un cielo estrellado y tratar de recuperar aquellas noches frescas en las que miraba hacia arriba y descubría que el Universo es inmenso»

    Ya no me importará cuando escribas maldades como las del chino.

    Un abrazo.

  2. Ya decía yo que me sonaba un montón la cara del protagonista de Iluminados por el fuego pero supuse que habría aparecido en alguna película española.

    Si todo sale como está planeado, hoy hablaré de cierta tercera parte infame y a menos que se produzca un milagro, voy a vomitar bilis sobre ella. Me piro a Amsterdam para una sesión doble de cine.