Una de las circunstancias más importantes del año es cuando me llega la carta anunciando que tengo que estar a una hora y en un lugar determinado para que me pongan la vacuna de la gripe y esto es algo que yo me tomo muy en serio, que a ver cuántos pueden decir que llevan años y años sin una buena gripe, que yo soy el modelo que deberían usar para vender el producto, porque funcionar, funcionan. Mi médico de cabecera, o mis médicos de cabecera, alquilan un salón en la planta baja de una keli de Ancestrales, que son pisos que compran o alquilan en un lugar en el que están todos arrejuntados, tienen cocina y médicos y servicios de limpieza, para los que no puedan con esas cosas y cuando la diñan, la familia tiene creo que un mes, quizás dos, para vender la keli al primero que esté en la lista de espera y se compran y se venden por el mismo precio. Estos edificios, muy prácticos, son como aeropuertos a los que llegan nuevos inquilinos y los que se van, lo hacen con los pies por delante. Como me ponían la vacuna el jueves y habían organizado el evento entre las tres y las seis de la tarde, para evitar drama, que mi tren llega a mi barrio a las seis menos cuarto, decidí regresar en el tren que sale media hora antes, pero después cuando llegué a la estación pillé otro que es Intercity y va cagando hostias hasta Utrecht, allí corrí desde el andén 7 al 21 y pillé un tren que me llevaba a mi barrio y llegué como quince minutos antes de lo planeado. Yo ya tengo claro que somos cuatro gatos los que nos ponemos la vacuna, pero lo que me sorprendió y me lleva sorprendiendo un tiempo, es que los que nos la ponemos no somos Ancestrales, esos como ya ven la luz al final del túnel como que no están motivados y somos gente joven, quizás niños, los que vamos por allí. Para los viejos tienen también otra vacuna, algo de cocos o así, nunca me ha quedado claro pero al parecer son coñas que solo se pillan después de los sesenta y cinco años, que es como otra vida para mí, que no sé si existirá el mundo para cuando yo llegue a esa edad.
Como estamos con fresco, he cambiado mis polos de manga corta habituales por camisilla y camisa de vestir fastuosa, que tengo una colección impresionante, con motivos muy variados, pero ese día, si lo llego a pensar mejor, debería haberme puesto el polo, que para sacar la parte superior del brazo tuve que quitarme prácticamente la camisa. El sistema es muy rápido y eficiente, sobre todo porque no hay gente renqueando. Llegas, entregas la invitación a la persona que está recogiéndolas, te pones en la cola, que éramos tres, llegas al médico, él de cachondeo te pregunta si te pones la de la gripe o las dos, tú lo miras con desprecio y él se descojona solo, agarra una de las inyecciones que tiene preparadas en una mesilla, te jinca la dosis, te da la bendición y te manda pa’tu keli. Yo como no quiero desmayarme allí mismo nunca miro, pero tengo que decir que la de este año no me provocó ni una micro-gripe, como en algún año anterior. Ni me molesté en abotonarme la camisa, pillé mi cutre-bici, seguí para mi keli, en donde entré con prisas, me cambié de ropa y me fui a correr, bastante antes de lo habitual. Este año, solo están poniendo la vacuna del virus podemita-truscolán y suciolista a los ancestrales, a mí ya no me lo ponen, que yo si lo ofrecieran iría con gusto. Por razones que escapan a mi desconocimiento, cuando se trata de la vacuna de la gripe te la pone tu médico de cabecera, pero cuando se trata de la del Covid, esas están distribuidas por una organización llamada GGD, letras más fáciles de decir que Gemeentelijke Gezondheidsdiensten, dos palabrotas que vienen a significar truscoluña no es nación o servicios municipales de salud, que la segunda palabrota son dos en realidad arrejuntadas. En la época del Covid estos tenían edificios abiertos por todo el país vacunando, pero ahora han vuelto a sus edificios tradicionales, que creo que son veintipico repartidos por todo el país.
2 respuestas a “Requetequete vacunado”
Hace un par de semanas que me pusieron la de la gripe en un brazo y la del Covid en el otro, no he tenido reacción alguna… 🙂
Salud
Quizás niños dice …. que huevazos….