Rectificando los saltos


Yo ya lo tenía todo atado y bien atado, como dice el caudillo ese de Moncloa que enchufó a la pelleja que se chinga, a su hermano y a todos sus amigos y están robando como Maduro y amigos en Venezuela y pensaba que, como puse en Los saltos del primer semestre del 2025, estaba todo claro, pero en esa lista de saltos, me quedaba un mes en blanco, o más bien dos y yo soy consciente de la angustia existencial que sufren los dos comentaristas que quedan en el mejor blog sin premios en castellano, que a veces se despiertan gritando por la noche con pesadillas en las que se acaban los vídeos de buceo. Aunque aún tengo un montón en la reserva, pero que un montón, tantos que mis gemelos de 3 Terabytes se me han empetado y ahora tengo que decidir si me gasto un pastizal en comprar discos duros más grandes, o más de lo mismo y repetir con ese tamaño e incrementar la cantidad de mi nube en tierra a cuatro discos duros con todo duplicado. Bueno, regresando a la angustia del buceo, hace tiempo, como hago siempre, salí a pescar al GooglEVIL y puse alertas para vuelos entre los Países Bajos y las Maldivas, todos los fines de semana de los dos meses tontos y saliendo tanto en viernes como en sábado y regresando en domingo. Esta vez ni me molesté en buscar por el aeropuerto de Düsseldorf, que es infinitamente más barato, pero como los alemanes están de obras ferroviarias, me resulta imposible regresar a mi keli desde allí, así que elegí el aeropuerto de Ámsterdam, que es mucho más caro.

Estuve pescando durante semanas, cada mañana me llegaba un correíllo con lo que había pillado, las ofertas del día y miraba si había algo interesante y cada mañana, me llevaba un disgusto, hasta el otro día que una de las aerolíneas Halal bajó los precios un montón y ese mismo día compré mi billete para volar el viernes al final de la tarde, llegar a las Maldivas el sábado a primera hora de la mañana y regresar una semana después el domingo por la mañana llegando a mi keli por la noche. Como se me olvidará, inmediatamente actualicé mi lista de vuelos y kilómetros y ahora, el primer semestre del año queda como lo vemos y con una cantidad de kilómetros tal que se queda a ciento veinte kilómetros de los cuarenta mil.

Una vez con el billete, consulté con mis amigos de por allí y al final voy a ir a Rasdhoo, un lugar nuevo para mí, en el oeste de las Maldivas, a algo más de una hora en falúa desde el aeropuerto. Bucearé en otro club español, que ya tengo apalabradísimo y el día de la llegada es casi seguro que podré ir a ver a mis niños los tiburones del Shark Tank, que tengo ocho horas antes de pillar la falúa. He calculado que haré, si todo sale bien, hasta veintiuna inmersiones en ese tiempo. Ya he mirado y a menos que me gane la lotería, elegir un asiento de ventana para los cuatro vuelos son más de doscientos leuros, con lo que no va a suceder. Esta será mi cuarta visita a las Maldivas y como en las anteriores, iré a la terminal tercermundista porque la nueva y ya terminada, que prometieron abrir en julio del año pasado, después en diciembre, después en febrero de este año, ahora han prometido que se abrirá en octubre de este año, con lo que es muy probable que ya no se abra hasta dentro de una década.

Lo importante aquí es que estemos todos tranquilos, que con las dos próximas visitas a Gran Canaria y la semana larguísima de las Maldivas, tenemos vídeos de buceo, que tengo encoladas treinta y ocho inmersiones, con sus vídeos correspondientes.


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