El martes, bajó al lugar en el que yo estaba laburando en Bolduque uno de los del equipo legal que trabaja en la sede corporativa y por supuesto, me avisó el día anterior, que ni mi jefe sabía que venía. Después aparecieron dos del otro edificio y allí hubo una especie de cónclave de dos horas para discutir algo que a mí no me interesaba, pero que resultó que mi jefe sí quería saber y él se apuntó a la reunión aprovechando mis contactos. Yo, que tengo un alma infinitesimalmente generosa, había preparado una bolsa de lacitos de hojaldre para regalárselos al del equipo legal, pero no para él, para sus hijos, a los que siempre les mando algo y a cambio, el creador, o sea, el padre que no los parió pero que chingó a la madre que los parió, me asigna siempre la más alta o la más altísima de las prioridades y mis cosas se resuelven antes que las de nadie. Cuando acabó la reunión se vino a platicar conmigo y con el gallego, que estaba también allí y al que no conocía y después, los otros que habían venido a la reunión también se pusieron con nosotros y algo más tarde hasta se vino mi jefe, con lo que se montó una tertulia en el lugar.
Con todos ellos yo tengo asuntillos pendientes, o cosas que necesito, así que el gallego tuvo el dudoso honor y privilegio de observarme mientras alteraba sus órbitas y los manipulaba, todos a la vez y dominaba y usaba la conversación para mis temitas. Al del equipo legal le saqué algo usando la comida como palanca para ejercer presión, que a sus hijos el chamo los tiene en un pedestal y yo soy la única persona en la empresa que le da comida para ellos, indicando explícitamente que la propiedad de la comida es de los niños y que él es solo el transportista de la merca.
Una pava, que vino de la fábrica, es del comité que organiza las actividades sociales a las que me apunto, como el cursillo aquel que hice y del que se habló en el mejor blog sin premios en castellano para aprender a hacer worstenbroodjes o bocadillos de salchicha. Nos prometieron la receta y la pava que se debería encargar de conseguirla, se pasa el día rascándose el piporro y haciendo sus vídeos para su tiquitoque, como Virtuditas, aquella comentarista que evolucionó hacia otra vida más social, así que ahora estoy presionando para conseguir la receta usando a esta chama y al parecer, le di tanta candela que me dijo que cada año organiza un asadero en su keli y este año me quieren invitar a mí como la estrella más luminosa del universo de la multinacional amarilla. No es la única, que mi colega el francés tiene a su mujer frita por conocerme y la esposa del mexicano también reza para conocerme, que la impresión que provoco en la gente parece que los lleva a hablar y hablar y hablar de mí en sus kelis, que el francés dice que su mujer le comentó que después de siete años en la empresa, yo soy la primera persona que nombra en su keli regularmente.
En la reunión también estaba el pavo que lleva lo de seguridad y jediondés en el laburo y a ese le di una manta de palos porque la calefacción no funciona bien en invierno y el aire acondicionado funciona muy mal en verano, con lo que siempre estamos pasando frío o calor. El chamo ya cuando me ve se esconde. Además, me quejo de la infestación que tenemos, que la rata terrorista-turca-musulmán-de-mielda se mueve por la oficina porque aún no han contratado una empresa para deshacernos de ese bicho sucio, rastrero y zarrapastroso. El gallego miraba y escuchaba asombrado mientras los iba toreando a todos y ya para ese momento se había incorporado mi jefe, que también recibió su ración, que en la empresa están reorganizando departamentos y yo ya he expresado claramente mis preferencias para el banquillo y él tiene que asegurarse de que no nos roben a los jugadores, como al del equipo legal, que quiere que lo transfieran a nuestro bando, que no es el único, que en su grupo, de ocho, creo que al menos siete quieren venirse con nosotros, que no tenemos nada que ver con ellos, pero es que les ha tocado un jefe que es un regalito que no veas, uno de esos que consigue que la gente odie ir a la chamba.
Yo puse la rueda en movimiento y dos días después, hay un montón de cosas sucediendo en diferentes partes de la empresa y el gallego no deja de mandarme mensajes diciendo que todo eso lo he hecho yo, que yo sugerí cosas y ahora están en marcha. Yo no le voy a explicar al chamo que cuando se trata de manipulación, yo tengo varios doctorados y que por lo general procuro no manipular y prefiero que la gente haga lo que les sale de los mondongos, pero como en este caso, si actúo, ellos ni siquiera se dan cuenta de que están haciendo lo que yo implanté en sus kabezones, harán lo que se espera de ellos y procurarán no decepcionarme. Ninguno de ellos tuvo nunca opción alguna, estuvieron siempre en mis manos.
Dos días después, desde la sede corporativa, la gente está mandándome mensajes porque saben que yo estoy detrás de todo y me preguntan que como lo hice y yo me hago el tonto y les digo que no sé de lo que están hablando.
Lo que ninguno sabe en la sede es que el colega que se bajó al sur no celebró su cumpleaños, algo que yo le he reprochado y el suyo era el más mejor porque al contrario que el resto, hacen las tartas en su keli y son fabulosas, así que aunque hace un mes que pasó, ya sabe que tiene que celebrarlo y que si no me invita, lo lamentará para los restos.