[b]Hora:[/b] [i]6.45 de la mañana[/i]
[b]Lugar:[/b] [i]Havenstraat, Hilversum, Países Bajos[/i]
[color=0000ff]Un superhéroe lucha contra las fuerzas del mal. Con mucho supersudor los va arrinconando. Ya sólo quedan un grupo de irreductibles que se refugian en la calle Génova, protegidos por la cortina fabricada con pelos del bigote de aznarín de la Mancha. La dichosa cortina repele los superpoderes del superhéroe. La batalla es encarnizada. Los malos atacan con sus mejores armas: desidia, mentira, engaño …. el superhombre se defiende como puede. Ya ha hecho uso de la última estampita superpoderosa: Carmen de Mairena. Está a punto de sucumbir ante el mal cuando …. ….[/color]
Un golpe súbito y brusco me saca de la pesadilla. El sistema de control del equilibrio se reinicia y me da un mareo al levantarme en la cama tan súbitamente. Me vuelvo a recostar. Otro golpe. Vibra la casita de madera en la que vivo.
Otro golpe. Algo va mal. Hay alguien en el techo golpeando mi tejado. Oigo voces. Golpe. Golpe. Golpe. La casa entera se estremece.
Siguen dando golpes. Me acostumbro al nuevo sonido y trato de dormirme otra vez. Pasa el tiempo y estoy entrando de nuevo en los reinos oníricos …. …
Una música estruendosa suena en mi casa. Me despierto sobresaltado de nuevo. Ahora, además de la gente que camina por mi tejado y lo golpea parece haber un intruso en la casa escuchando música Pop a todo volumen. Me levanto. Miro en el baño, en el dormitorio y cuando voy al salón-cocina el ruido aumenta.
Me acerco a la cocina y el sonido parece venir de la campana de la cocina.
¡Hijos de puta! Han puesto la radio al lado de la salida de la campana en el tejado. Por la forma en la que está diseñada se ha convertido en un altavoz natural que amplifica el ruido.
Esto es sólo el comienzo. Van a tardar por lo menos dos semanas en cambiar el tejado de mi casa. Se avecinan tiempos oscuros …
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Rompetechos
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El día de mañana – The day after tomorrow
Reconozco que fui al cine aterrorizado después de la experiencia traumática que supuso Troya, en la que uno de mis amigos se marchó en el intermedio porque pasaba de perder el tiempo. Antes de ir llamé a los colegas y les advertí que intelectualmente esta película no nos aportaría nada y que básicamente serían efectos especiales y momentos emocionales totalmente previsibles. A pesar de todo vinieron, nos pertrechamos de cervezas para llegar al intermedio y la vimos.
Y lo peor es que me debo estar ablandando porque me gustó.The day after tomorrow, cuyo título fue traducido al español por un analfabeto como El día de mañana en lugar de utilizar el escueto y para mí infinitamente mejor Pasado mañana es una película de acción muy entretenida. Sigue todas las pautas del género de catástrofes naturales: tiene momentos dramáticos, de amor, de acción, de aventura, de desastre, de superación, todo lo que hemos podido ver en todas las películas de este tipo que se han hecho desde que se inventó el cine.
El director, Roland Emmerich, del que me sigue gustando mucho más Stargate, no se complica y resuelve eficazmente. Buenos efectos especiales, buen tempo narrativo y decente música chimpún en los momentos adecuados, aunque me asusté un poco cuando comenzó la película con la cada vez más frecuente canción con tía gimiendo mientras le retuercen los pezones con una pinza de depilar.
Entre los actores destaca Dennis Quaid, siempre eficaz. Hace un millón de años no soportaba su sonrisa, pero el tiempo y su constancia han hecho que me acabe gustando. Me cae simpático el colega. Pone una sonrisa hasta cuando le escaldan en aceite los huevos.
En fin, merece la pena y si tenéis que elegir entre esta y las mierdas de Van Helsing y Troya, ni lo dudéis. De cabeza a The day after tomorrow. Si queréis más información en español, Haced click aquí.
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Capítulo primero: El comienzo
Exoneración de responsabilidad: ya sois bastante mayores así que no me vengáis con boludeces si leyendo tropezáis con palabrotas, expresiones malsonantes, de contenido racista, sexista, clasista, chovinista, lerdista o de otro tipo. Si te sientes ofendido por cualquier chorrada que diga por aquí, te invito a que pulses el botón mágico que lo repara todo y que se encuentra situado en la parte superior derecha de esta ventana. Para hacerte más fácil su búsqueda te contaré un secreto: el botón tiene una EQUIS (X).
Todo comenzó cogiendo un tren. Tras eso, diecinueve largas horas de viaje hasta llegar a Nueva Orleans. Los saltos fueron los siguientes:
Hilversum ? Amsterdam Schiphol (Aeropuerto)
Amsterdam Schiphol ? London Heathrow
London Heathrow ? Washington Dulles Airport
Washington Dulles ? New Orleans Airport
Ya habéis leído la historia que escribí sobre
Mi primer vuelo fue con British Midland y los dos siguientes con United Airlines. Hay una diferencia enorme entre las aerolíneas europeas y las norteamericanas. En primer lugar destaca lo empalagoso que es el personal de cabina de las compañías americanas, todo el tiempo de buen rollito y tal. En segundo lugar se notan las consecuencias del 11S: Los azafatos no son julandrones. Sí, habéis leído bien. Uno sale del avión de BMI con esos azafatos delicados y femeninos y se mete en el avión de United y se topa de frente con Mr. T y familia. Unos pedazos de armario, puritito macho, sirviendo bebidas y sonriendo a diestro y siniestro. Da mal rollo. Prefiero el estilo europeo. Cuando hay tantos gorilas paseándose por el avión es que la cosa está muy jodida por allí.
También se nota la seguridad. No es lo mismo volar a Gran Canaria que a las Américas. Cuando vuelo a casa les importa un carajo y paso por el aeropuerto sin pena ni gloria. Cuando cruzas el charco eres un posible terrorista internacional y mereces ser tratado como tal. Te obligan a quitarte los zapatos y a responder estúpidas preguntas. El tipo de la aduana me preguntó si alguien había tocado la batería de mi cámara de fotos, si alguien podía haber tocado la dichosa batería, si en algún momento me pude despistar y alguien manipuló la batería, si la batería había estado durante todo el tiempo bajo mi estricta supervisión y si alguien había hablado conmigo y tratado de manipular mi batería. No sé, creo que el policía de aduanas tenía cierta fijación con el tema. Yo con la mejor de mis sonrisas respondí siempre que no.
Se te queda una sensación extraña en el cuerpo. Al menos escapé del control del equipaje de mano. Me pusieron una pegatina roja en la tarjeta de embarque y listo. Los que no la tenían eran invitados a comprobar exhaustivamente su equipaje de mano. Básicamente vaciaban los trolleys y bolsos completamente y después revisaban todo lo que iba dentro, cosa a cosa, analizándolas meticulosamente. También les miraban la cartera y cualquier cosa que pudieran llevar en los bolsillos.
Ya cuando entras al avión vas más tocado que el culo de Yola Berrocal. Con mi proverbial suerte me tocó sentarme en la última fila en ventana. Al lado mío un hindú al que ignoré gloriosamente todo el vuelo. Hay que ver la manía que tiene la gente de querer hablar en los aviones. Es algo que me puede. Yo no me siento al lado de un desconocido para enterarme de su vida. Punto. Delante de mí iba el jefe de la manada de gorilas, un tío que no cabía en el asiento, que tenía músculos hasta en los pelos del culo y que estaba al loro de todo. Sin lugar a dudas el agente de incógnito que volaba con nosotros. Hay que ver como sudaba el hijoputa. Cada vez que levantaba ese pedazo de brazo que parecía un jamón serrano nos bañaba con su aroma. Sólo fueron siete horas, así que os podréis imaginar.
En Washington, punto de entrada a los Estados Unidos, tuvimos nuestro momento Lista de Schindler. Nos llevaron a un sótano y nos pusieron a hacer cola para pasar la aduana. Yo meándome todo y aquellos inútiles a paso de tortuga revisando los pasaportes de la gente y haciendo una nueva andanada de preguntas estúpidas. Como era de esperar, a todos los que tenían pasaportes de países no europeos se las hacían pasar canutas.
Tras ser admitido oficialmente en el país, nuevo avión y llegada a Nueva Orleans totalmente roto. Hubo un detalle que me llamó mucho la atención al llegar. Cuando uno va a recoger su equipaje sale de la zona de seguridad del aeropuerto. Las cintas de recogida de maletas están abiertas al público. Cualquiera puede entrar allí. Tanta coña marinera con la seguridad y al final de tu viaje cualquier mangante te birla la maleta sin que a nadie le importe un huevo.
Al llegar al hotel (Best Western New Orleans Airport) y abrir mi maleta, la sorpresa final:
El panfleto que colocaron encima de mis cosas confirma que mi equipaje había sido abierto por motivos de seguridad para comprobar su contenido.
En realidad trataban de proteger a todo el universo de la amenaza terrorista que supongo y lo hacen amparados por ?la ley??, que debe ser como se denomina ahora a la chulería y el fascismo del presidente americano.
Por suerte yo no le puse candados a mi maleta, porque la susodicha ?ley?? les permite reventarlos en el nombre de la paz y el bienestar mundial. Supongo que se debieron quedar fascinados con las latas de pimientos de piquillo que mi madre le mandaba a mi tío, la pimienta de cayena y las bolsas de caramelos Tirma.
Hasta aquí llegamos con los previos, en el próximo capítulo: Plantation Country (El país de las Plantaciones). -
Pecados cibernéticos
Perdóname Ciber-padre porque he pecado. Tantos años pensando estar a salvo porque internet se creó después que la Biblia han acabado de pronto. La iglesia Católica ha sido muy clara al respecto, como se puede leer en el siguiente artículo. Para los más perezosos reproduzco aquí los párrafos más interesantes.
Piratear programas informáticos; ?bajarse?? música, películas o documentos ilegalmente de internet o crear virus y/o propagarlos adrede por correo electrónico son comportamientos pecaminosos, a juicio de los 40 teólogos reunidos esta semana en un simposio sobre penitencia celebrado en el santuario de San Gabriel del Gran Sasso, a unos 120 kilómetros de Roma.
Me cago en la puta, de esos yo tengo unos cuantos. Y seguro que incluso cuando mi PC distribuye virus a diestro y siniestro por estar infectado yo soy el responsable ante Dios. Pero es que aún hay más.
Los pecados informáticos que precisan confesión, a juicio de estos teólogos italianos, van desde los muy graves, como visitar webs pornográficas, a otros menos graves pero económicamente dolosos para terceros, como apropiarse de modo indebido de programas, canciones o películas en la red, o crear y difundir virus. Visto así, los ?hackers?? bautizados necesitan recurrir urgentemente al sacramento de la penitencia.
La pornografía en internet es pecado. Esto es el fin. La de años que voy a tener que pasar en el purgatorio. Y no conozco a nadie que se libre de éste si tiene PC con conexión a internet en casa o en el trabajo.
Además de los anteriores, otros pecados de carácter informático están ligados a los conceptos de verdad y mentira. Comete pecado quien chatea de modo abusivo, mintiendo o informando con falsas generalidades, quien envía mensajes anónimos por internet o manda ?fake mail?? (correo falso), es decir, quien envía mensajes desde correos electrónicos falsificados que hagan pensar al receptor que conoce o puede identificar al remitente. Para los teólogos del simposio, todo lo anterior equivale a mentir.
O sea que chatear también es pecado. Ya está. SOY PECADOR. Mea culpa. Por si las moscas, encomiendo el web al Hermano Pedro que es canario como yo y espero que interceda por mí ante el jefe.