Y tropiezo y vuelvo a tropezar una vez tras otra. Mira que el trailer ya me daba mal fairo, pero al final caí, convencido por unos amigos y lo lamentaré mientras viva. No sé cuantas neuronas perdí durante las dos horas que sufrí viendo ese tremendo bodrio llamado King Arthur, pero imagino que fueron miles.
Aparte del nombre de los personajes, no tiene absolutamente nada que ver con las leyendas artúricas. Por si eso no fuera bastante, está a años luz de ser una película de acción decente, o de batallas, o romántica. Es simple y llanamente UNA MIERDA. Hubo gente que se marchó antes de acabar y si yo me quedé, fue sólo por el aire acondicionado del cine.
Vamos a ver. Gladiator es una excelente película que marcó el retorno de un cine medio histórico y épico. Unos cuantos se han apuntado al carro pero debieron escuchar el concepto por el ojo del culo y así les ha ido. El primer concepto que aprendieron de esa película fue el de la música. Parece que para hacer cine histórico ahora sólo valen los temas en los que una tía a la que le han trincado el coño con unas pinzas de tender la ropa, gime como una burra mientras suena por detrás la fanfarria. Esto se repite durante el 80% de la película y se creen que no nos damos cuenta. Esa música que te pone enfermo acompaña cualquier escena por tonta que sea.
Teniendo la cutre música, se coge a un guionista que no sepa leer ni escribir, se le da el título basado en algo que en Europa hemos conocido durante milenios y se le dice que reescriba la historia. El subnormal de turno, que en su vida sólo ha visto películas de Fernando Esteso y Andrés Pajares, escribe lo que escribe. Mierda nada más.
Después, teniendo la música y la mierda de guión se busca a un incompetente para dirigir. En este caso un tal Antoine Fuqua que espero y rezo porque alguien consiga una orden para mantenerlo alejado de cámaras de cine. El pobre, intelectualmente subdesarrollado, no sabe que hacer, así que no hace nada. Es incapaz de ver que tiene un guión que apesta con una música que espanta hasta las moscas y orgulloso por manejar un presupuesto de 150 millones de dolares, se sienta cada mañana en la silla del director a dirigir esa basura.
Por supuesto nada de esto se sostiene sin unos actores de primera. Así que metemos en la coctelera a un Clive Owen en el papel de Arturo, un tipo que da pena, sin carisma, con unos diálogos que le auguran un Alzeimer precoz, que por momentos nos hace temer por la vida de la única neurona que posee, se le acompaña de un tal Ioann Gruffudd como Lanzarote, o más bien como la mariquita del coño que siempre está enfurruñada porque no le puede comer el nabo al Arturo, con menos carisma que el anterior y para redondear el casting se pone a una tipa llamada Keira Knightley en el papel de Ginebra, medio marimacha, con menos tetas que uñas, lerda como pocas y que encima no folla, porque la niña nos salió guerrera.
Este trío estelar se completa con el dúo Milly-Vanilly, dos totorotas que las pocas veces que hablan es para cagarla y con otros por el estilo y ya tenemos el siguiente SUPER-Exito del verano. Pero algo falló. Incluso los alerdados norteamericanos se han dado cuenta de la mierda que les estaban vendiendo y huyeron de los cines como de la peste.
Podría divagar durante horas rememorando escenas absolutamente deleznables como la de la batalla del hielo, en el más puro estilo Heat, con siete panolis contra doscientos, o esos vomitivos diálogos entre Arturo y Lanzarote, diálogos que me obligaban a jugar a Asteroides en mi móvil, podría incluso joderos el final y deciros quien muere y quien no, o como los nativos de la Gran Bretaña que siempre han estado a un lado de la muralla, por obra y arte de la magia aparecen al otro sin que medie milagro ni espíritu santo, pero paso. Sólo os diré que hay una única escena de sexo, que ocurre exactamente en el minuto noventa, que dura veinticinco segundos y que el hijo de puta del director decidió que era el momento de enfocar las caras y no se ve absolutamente nada, aparte de dos besos y una mano yendo hacia las nalgas de una Ginebra más vestida que un esquimal.
Recapitulando. Le damos un 4 en acción, un 0 en guión, un 1 en música, un 2 en interpretaciones y un 1 en ambientación. Unicamente apta para ocasiones en las que la temperatura del exterior os obligue a permanecer en una sala de cine durante un par de horas.