El título es autoexplicativo. Lleva dos clases sin aparecer. Nos tememos lo peor. Hay rumores de que ha metido mano a la última colección de la famosa modista ?Fefa la jedionda» y se ha lanzado al estrellamiento. O eso o la han abducido en algún MacDonalds.
En rigurosa exclusiva os cuento lo último que se sabe de ella. El miércoles después de clase se quedó un rato más hablando con la profesora y con algunos alumnos y después de eso acabó yendo a almorzar con otro de los latinos. Me lo contó él entre lágrimas de cocodrilo. Estuvieron en un italiano disfrutando de una pizza. El se comió el pan con ajo y ella las dos pizzas que encargaron. No hay muchos más detalles de ese encuentro porque el colega no podía contener los sollozos. Me refirió el terror cerval que siente ahora cuando camina en la oscuridad, lo inseguro que se siente, el pánico a las tiendas de ropa. Nada que no haya padecido yo antes.
En fin, tras el romántico almuerzo, lo que podríamos denominar una primera cita, el hombre ya no es el mismo. Llegó a casa, lamentando una y mil veces lo que había hecho y cuando encendió su ordenador se encontró con la consabida maldición: ?Tienes un correo«. Su primera reacción fue salir corriendo de la habitación y volver a su país. Sobrepuesto del impacto, volvió sobre sus pasos y miró a la pantalla, confiando en que lo anteriormente visto hubiese desaparecido. Pero no, allí estaba, en negrita, destacado. No había dudas. Le había llegado un correo de lamasmo. Aferró la cruz de su pecho con las manos y abrió el correo.
Por lo que me contó, comenzaba con el consabido
hello darling
No hay dudas de la autenticidad. En él le informaba de lo contenta que se había quedado y lo mucho que había disfrutado en su romántico almuerzo.
Os juro por la virgen del escaparate de la tienda de biblias que he intentado hacerme con una copia de ese correo, pero este hombre no pudo soportar su existencia y lo borró, vaciando la papelera de su buzón de correo.
Así que la GRAN noticia es que lamasmo, dondequiera que esté, ha fijado un nuevo objetivo y soy de nuevo libre. ¡Aleluya! Lo que me preocupa ahora es que su ausencia se deba a que este hombre, en su desesperación, le haya dado pasaporte …