La segunda inmersión del día resultó ser en el mismo lugar que la última del día anterior, en el sitio que está lleno de tiburones nodriza, con lo que en menos de veinticuatro horas estuve en ese lugar dos veces. En esta ocasión era por la mañana y estaba lleno de barcas rápidas con turistas que vienen desde lejos para ver a los tiburones y tirarse al agua con gafas y tubo con ellos y desde los barcos, los alimentan, algo que puede provocar que los tiburones muerdan a todos esos que se creen con el derecho de agarrar a los animales para que salgan mejor en sus vídeos de influensers. En esta inmersión, según mis notas, también vimos un tiburón de punta de aleta negra, otro de punta de aleta blanca, bancos de rémoras que están allí para pegarse a los tiburones, una raya de cola plumosa (cowtail ray), una raya torpedo o tembladera (marbled ray), corales, una morena y muchos peces. Esta es la primera parte y me parece que los vídeos de esta inmersión dieron para cuatro. La música que acompaña este vídeo es la canción Roar de Katy Perry.
Comenzamos llegando al lugar. Como había tantos barcos, tuvimos que saltar más lejos y acércanos. Vemos un tiburón de punta de aleta negra pequeño cuando nos vamos acercando y hay rémoras por todas partes. Llegando casi al primer minuto vemos un banco de rémoras, un montón de ellas juntas, aunque algo lejos. Después vamos junto a las rocas con corales que hay en la zona y hay una explosión de peces amarillos y también hay un par de labios dulces, con sus líneas blancas y negras horizontales. Se nota la falta de tiburones nodriza porque estaban arriba, en la superficie, intentando comer lo que les tiraban. En las rocas también había millones de peces pequeños, formando un gran banco. En el tramo final del vídeo llegamos al arenal y allí no se ven tiburones en dónde el día anterior estaba lleno pero lo que sí que nos encontramos fue una raya de cola plumosa, que vemos medio enterrada y finalmente, en los últimos segundos del vídeo, sale y se va. Esta es la segunda vez en mi vida que veo una de estas rayas, las dos veces en las islas Maldivas.
Aunque ha llovido ya bastante, antes de emigrar a Gran Canaria para vivir allí durante una semana, en mi última semana de laburo en los Países Bajos y en mi último día yendo a la oficina, que además coincidió con el último día con los visitantes amarillos, nos dieron el aguinaldo navideño, que este año podías elegir entre la caja de puro lujo María, la caja de productos para restauración de hembras casi-acabadas y donar a una Organización no gubernamental previamente seleccionada por la empresa. Yo por supuesto elegí la caja de puro lujo María y ese día, cuando me la dieron, lo saqué todo, tiré la caja e hice la foto, aunque en la susodicha se me olvidó poner uno de los regalos, con lo que es todo lo que vemos en la foto y algo más, que resultó ser dos copas horteras que no veas, como de medio litro de capacidad, para tomarte vasos del vino de garrafón más barato que compres. Los vasos esos venían empaquetados en una caja de cartón muy bonita, como de regalo y no están en la foto porque se venían tan frágiles que asumí que se me romperían si me los llevaba con el resto y los dejé rescondidos en mi escritorio y no fue hasta enero, después de regresar, cuando los recuperé y me los llevé a mi keli. Esos vasos se los acabé regalando a mi vecino que me dijo que eran perfectos para alguno de los cumpleaños en los que estaba obligado a regalar algo este año.
De lo que vemos en la foto, tenemos por detrás una especie de altavoz hortera bluetooth, supuestamente fastuoso y para poner en tu keli y escuchar tu música. El mío también fue donado a mis vecinos que me dijeron que lo iban a poner en su dormitorio para escuchar la radio por la mañana, o algo así. A su derecha hay una botella con el mensaje VALES ORO o quizás lo que dice es más bien truscoluña no es nación y que también regalé a los susodichos. No era de alcohol, era algún tipo de bebida de manzana con burbujas, vamos, como el refresco ese famoso de manzana, pero sin marca. En el pasado regalaban alcohol, pero como al hacerlo se ofende a los JALAL, ya no hay alcohol en el regalo navideño, como tampoco hay comidas porque hay que respetar a los que no comen vacas, los que no comen cerdos y los que no comen todo tipo de animales. La verdad, que el mundo se ha ido a tomar por culo y ni nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo. Delante de la botella hay un paquete de papas fritas que me llevé cuando volé a Gran Canaria y me las comí en el avión. A la izquierda de los altavoces hay una caja que parece como de alcohol pero lo que tenía dentro eran unos palos con una botellita de hedor y al parecer, metes los palos en la botellita y aromatizas los lugares. Se los regalé a mis vecinos porque mi keli huele bienísimo y yo no tengo que enmascarar olores. Por delante del altavoz bluetooth hay una especie de triángulo que eran seis bolas de árbol de Navidad pero comestibles, con chocolate. Se las di a mi madre, que las puso en su árbol y supongo que después se las jincó, porque yo puedo confirmar y confirmo que no me comí ninguna y el árbol ese, después de Reyes fue desmontado. Delante de eso hay una botellita que parece de perfume super-hiper-mega fastuoso y facineroso pero que en realidad es una botella de aceite de oliva virgen español, que ahora es tan caro y tan lujoso que te lo ponen en botes de colonia, en cantidades minúsculas y te lo regalan. Ese está en mi keli para usar. Delante del aceite hay una bola de Navidad de nieve, de esas que meneas y que parece como si ha nevado dentro. Nadie la quería, así que se quedó en mi keli hasta que me canse de ella y la tire. Y eso fue todo lo que contenía el paquete de puro lujo María, que la verdad, si no fuera porque llevo viviendo en este país un rato largo, es como para quemar la empresa y quedarte tan a gustito, pero es que aquí los regalos de Navidad son así, sobre todo porque hay un tope presupuestario y si las empresas se pasan, tienen que declarar a Hacienda que hubo pago en especia y a ti te sablean a impuestos, con lo que todos van en plan cutre o cutrísimo o quizás hasta algo incluso peor. Yo casi que preferiría que me dieran un bono de diez leuros para ir a la tienda de todo a un leuro y hacer una mega-compra de diez productos allí.
Aprovecho aquí para confirmar y reconfirmar que la mochila del año anterior era de una calidad tan exquisita que no llegó al mes de mayo usándola tres días por semana para ir a la chamba. Se descosió toda y se fue a tomar por culo.
También aprovecho esta anotación para comentar que siguiendo la tradición de la empresa, todos los regalos que hacen los clientes y proveedores a los empleados han de ser entregados a Recursos inHumanos y estos los sortean entre todos los empleados en enero y como en los años anteriores, yo gané, otra vez y en esta ocasión me tocó una mochila de marca deportiva de las auténticas, con valor en la tienda esa onDEline con nombre de río de Sudamérica de veinte leuros. Se me olvidó hacerle foto y la regalé también a un colega que casi se me echa a llorar de la emoción tan grande que tenía y hasta amenazaba con besarme las uñas negras de los pies, que me dijo que lleva aquí siete años y nunca le ha tocado nada y yo creo que este es mi tercer premio en mi tercera Navidad.
Llegamos al final de esta primera inmersión del día en Miyaru Kan’du y esta es la tercera y última parte. De nuevo tenemos un festival de tiburones grises, que ese día vimos un montón en esa inmersión. La música que acompaña este vídeo es la canción Crazy Youngsters en versión cantada por Ester Dean.
Comienza donde nos quedamos y tenemos varios tiburones grises de arrecife delante de nosotros, al menos dos, al comienzo bien grandes y también pasa algún tiburón de punta de aleta blanca. También hay un banco de peces azules para darle algo de color a la escena y que se empeñan en pasar por delante mío. En un punto determinado son cinco los tiburones en la imagen. Después del minuto y medio tenemos a varios mucho más cerca, en nuestros momentos finales en el lugar, que ya nos soltamos y avanzamos por un campo de corales negros mientras vamos al lugar por el que saldremos. En la ruta también pasamos un banco de barracudas y así acaba esta inmersión. La segunda será mi primera repetición en este lugar y una experiencia completamente distinta a la primera vez.
Yo cuando fui a ver esta peli no leí la letra pequeña que está en la parte de arriba del cartel y no tenía información alguna de un detalle fundamental. Lo que si pude ver fue que el protagonista es uno de los clónicos, que a veces lo ponen como Matt Damon y en otras ocasiones como Mark Wahlberg, pero vamos, que para mí es la misma persona. Había visto el trailer y sabía que era una peli chorra y eso, pero vamos, que no voy a llenar mi vida de dramotes horrendos en los que me quedo dormido. La película se titula Flight Risk y en España se estrena en un mes con el fastuoso título de Amenaza en el aire, que no resuena tan bien como truscoluña no es nación.
Una julay picoleta tiene que llevar al cuñado del Güaca en un avión para enchironarlo y aquello se convierte en un melodrama.
Resulta que en un poblacho de Alaska capturan a uno fugado que era el que llevaba las finanzas de un mafioso y lo convencen para llevarlo a Nueva York a declarar y hundir al mafioso. Para salir de allí contratan un cutre-avión que lleva un panoli rarísimo y resulta que el chamo es en realidad un asesino y lo han contratado para deshacerse del criminal y la agente. A partir de ahí es todo angustia en el aire, en un avión que parece ir sin rumbo y con dos que no tienen ni puta idea de como conducir un cacharro de esos y con el malo que sigue vivo y es más puñetero que un suciolista, un podemita o un truscolán.
Cuando acabó la película y aparece que está dirigida por Mel Gibson, se me cambó la peluca. Recordemos que este hombre lleva canceladísimo por los progres la tira de tiempo, pese a ser un director fabuloso y parece que por fin hay gente dispuesta a invertir en sus proyectos. Esto es un thriller sin más y en el que casi toda la película transcurre en la cabina de una avioneta con una picoleta, un asesino y un panoli contable aterrorizado. Es una peli para descojonarte con las volatadas, que ahí todos la cagan hasta el fondo todo el tiempo y los espectadores nos reímos. Hay momentos en los que el asesino está cortando y descosiendo a donde lo han atado y los otros dos cuando miran hacia atrás, si es que miran, con aquel hombre haciendo un montón de ruido, no notan nada. El avión hay momentos que parece chiquititos y en otros es como una limusina de suciolista, gigantesco. Las peleas y hostias en el avión son eventos para disfrutar y lo mejor, no hay que usar el cerebro, dura hora y media y no le sobra nada. Dicho esto, que nadie se haga ilusiones y crea que es un clásico. Es simplemente, cine entretenido. La calva de Mark Wahlberg, que al parecer fue afeitada, es espectacular.
No creo que sea el cine que gusta a los miembros del Clan de los Orcos porque no hay tetas y no mueren cienes y cienes de julays. Por descontado la odiarán los sub-intelectuales con GafaPasta, pero vamos, que tiene un pase.
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