Llegamos a la segunda parte de los vídeos de Kuda Fushifaru y con este vídeo cerramos otro día de inmersiones, el quinto, que aún nos queda para muchísimos ratos, Dios mediante. La música que acompaña este vídeo es la canción Injection de la película Mission: Impossible II, que es tan viejuna que ni siquiera aparece en el mejor blog sin premios en castellano y mira que este antro lleva veintiún años en activo.
Arrancamos en donde nos quedamos en el primer vídeo y vemos más construcciones con corales y muchos peces yenso por la zona. Nos vamos acercando a un lugar en el que un banco de peces amarillos parece estar muy atareado yendo de un sitio a otro. Los peces estaban totalmente desinteresados en nosotros y ni se inmutaban, con lo que me queda claro que no tenemos pinta de depredadores. Los vimos bastante cerca y durante bastante tiempo. Después miré entre las ramas de un alga, pero no vi nada y en una estructura con corales, el Dive Master señalaba con la luz pero yo no me llegué a enterar de lo que estaba allí. Nos acercamos a un pez payaso maldiviano en su anémona y a alguna de sus crías que estaba alterada porque yo estaba muy cerca y no le molaba pero que nada.
Recuerdo cuando hace unos años pusieron en el cine El padrino – The Godfather y yo flipé y aluciné en colores y ahora que las películas viejunas son de lo más normal, este mes están poniendo pelis de Robert De Niro y eso me ha permitido ver la segunda de las tres pelis de esta saga, que yo en realidad no diría que es una secuela porque al mismo tiempo es también una precuela, que Francis Ford Coppola hiló muy fino haciendo esta peli, que se titula The Godfather Part II y en España se estrenó con el título de El padrino (parte II). Esto me deja a falta de ver la tercera en el cine para completar la serie en el mejor blog sin premios en castellano.
Una familia de julays emparentados con el Güaca salen de Jinamar y no dejan pie con bola.
Tenemos por un lado la vida de Vito Corleone cuando era joven y acababa de llegar a Nueva York y sus comienzos y por otro lado vemos como su hijo Michael, después de la guerra de la primera película, amplía el poder de la familia y la dirige con mano firme. Esto es una historia de crimen, de castigo, de lealtad, de odio y de un montón de cosas más. La historia nos la cuentan tomándose su tiempo, poco a poco, pero en ningún momento nos parece lenta.
Tengo que decir que ya no me acordaba de esta peli, que debo haberla visto hace décadas y aluciné en colores, sobre todo con lo magnífico y maravilloso que está Robert De Niro, que lo ves cuando era joven y rebosa de carisma y la cámara lo adora, pero es que Al Pacino también es maravilloso y en ningún momento se pisan escenas porque están en los dos lados de la historia, cada uno con su película de hora y media dentro de una historia que las incluye y que dura tres horas y media y a la que no le sobra un solo segundo. Esto es la magia del cine. Todo el elenco estaba en gracia, si dieran un Oscar al mejor elenco, sería injusto que no miraran hacia atrás y se lo dieran primero a la gente que hizo esta película porque lo que lograron fue maravilloso. La música nos recuerda la primera película, pero evoluciona y explora nuevos territorios. Los diálogos son como música, fluyen perfectamente y la coreografía de las escenas es fabulosa. Al Pacino puede lanzar dardos de odio con una sola mirada y Robert De Niro puede inundar de amor a su mujer también con una mirada. Todo aquí es increíble. Un clásico absoluto.
Todos sabemos que los miembros del Clan de los Orcos no tienen el aguante para tres horas y media de buen cine, pero vamos, otra peli obligatoria y requetequete obligatoria para los sub-intelectuales con GafaPasta. Me resulta muy difícil decidir si me gustó más la primera o esta segunda parte, pero vamos, que ambas son espléndidas.
En esta ocasión no he ido mucho al cine en España porque no habían películas o las ponían en horario de playa y por ahí sí que no trago yo, no cedo un minuto de playa para ver alguna peli española. El viernes hubo un nuevo estreno y la programaron a las ocho de la noche, que es una hora indigna, pero sin sol, así que compré mi entrada carísima por las internetes, escondí mis chucherías en el bolsillo trasero de los pantalones, que aquí son talibanes con las cosas que entran desde afuera porque convirtieron el puesto de venta de palomitas en un bar y así se acogen a la ley que no permite entrar en los susodichos ni comida ni bebida de afuera y fui al Cine a ver Los aitas, que tiene pinta que jamás se estrenará fuera de España ni aunque le pongan el comercial título de truscoluña no es nación.
Un puñado de julays paraos se van a Alemania con las hijas que parieron, sin chimpún.
Resulta que en las provincias vascongadas, en los ochenta, en plena época de paro y demás, unos panolis paraos no dan un puto palo al agua. Sus hijas van a ir a una competición de gimnasia artística, pero las madres se emborrachan con vino del malo y acaban teniendo que ir ellos junto a la profesora, que es una alemana. La peli es básicamente el viaje en guagua de las niñas, sus cuatro padres, el chófer y la profesora alemana. Por el camino les pasa de todo, se pelean, se arre juntan y descubren cosas de unas hijas que han criado las madres y de las que saben muy poco o nada. Uno de ellos también lleva a su hijo, que parece que pierde más aceite que el Titanic al caer al fondo del océano.
Se supone que es comedia ambientada en los ochenta y tiene algunos momentos en los que te ríes, pero también tiene otros que no llegaron a cuajar. Hay como una separación entre el mundo de las niñas y el de los padres y bueno, las madres son personajes secundarios que olvidamos después de diez minutos. Cada padre parece que arrastra alguna movída o trauma y en ocasiones, también los niños. Hay escenas curiosas, pero también hay cosas que no entiendo, como que se meten en una guagua y empiezan a conducir desde España a Alemania y nadie parece tener pasaporte. Cuando llegan a Berlín es justo en el día que cayó el muro y al final la competición se canceló, algo de lo que se enteró todo el mundo salvo este puñado de desgraciados. Seguramente si se hubieran currado un poquito más el guión habría sido una comedia muy buena, pero en mi opinión, se quedó demasiado floja, cojeando.
Esto no gustará ni a los miembros del Clan de los Orcos ni a los sub-intelectuales con GafaPasta.
Esta era una de las películas de nominación nominadas en los Oscars de este año que no vi porque hasta el domingo de la semana pasada, no estuvo en cartelera y como que la pusieron una sola vez por la mañana, a las diez de la mañana, con lo que en el cine éramos cuatro gatos. Al parecer el estreno oficial de Memoir of a Snail en los Países Bajos es esta semana y en España se estrenó en enero como Memorias De Un Caracol. La pava del póster tiene pinta de marrullera truscolana en manifestación proclamando que truscoluña no es nación.
Una julay rarita y más bien friki las pasa putas y canutas.
Dos gemelos, niño y niña, son huérfanos de madre de nacimiento y el padre es minusválido y los chiquillos son pobres, con padre alcohólico, pero más o menos felices. El padre la diña y los servicios sociales ponen al niño en una familia en un lado de Australia y a la niña en el otro y ya no se verán más. La chiquilla vivirá con unos frikis liberales, nudistas y que les va el intercambio de parejas y más o menos tendrá una vida relativamente tranquila, mientras que el hermano lo pasará fatal con una familia de fundamentalistas cristianos que básicamente lo esclavizan. La chica se hará amiga de una vieja y tendrá una obsesión enfermiza con los caracoles y las cosas no irán siempre bien en su vida y muy a menudo irán mal o quizás hasta peor.
Yo pensaba que sería una peli para niños y me daría el jamacullo en el cine como cuando fui a ver la cagada aquella con el gato que venía tan recomendada por Doverinto pero no, esto es una joya, una historia bien hecha, una película muy interesante y una trama por y para adultos, dudo mucho que un niño pueda ver esta película sin sufrir daños cerebrales permanentes. La peli al final trata sobre la soledad y el impacto que tiene en la vida de la gente y desarrolla sus teorías de una manera muy poética usando la animación fotograma a fotograma. Tiene momentos muy entrañables y hasta un final muy bonito. También tiene momentos muy dramáticos y terribles. Salí del cine alucinando porque no me esperaba algo así y tengo que decir que es una pena que no la vaya a ver más gente.
Si eres un miembro del Clan de los Orcos, como que no, ni te molestes, pero si eres un sub-intelectual con GafaPasta, esto te fascinará y seguro que te gustará.
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