The Chosen One tiene todos los lunes un mano a mano con su jefe, una reunión de una hora que muchas veces dura más en la que nos lo reprochamos todo, todo, todo y en la que conspiramos, planeamos, confabulamos y buscamos la forma de colársela doblada o sin doblar a los del país del sol caguiente. Después de regresar de mis sacrificadas vacaciones en las Maldivas en las que hice treinta y cuatro inmersiones porque así habrá vídeos y más vídeos que seguro que le disgustan a más de uno, en la segunda de esas reuniones, yo ya le dejé caer a mi jefe que estaban a punto de cumplirse los tres meses finales de mi contrato, que es de un año y que eso significaba, buenamente y malamente, que yo voy a empezar a hacer entrevistas con otros y que esa misma semana me habían llegado dos ofertas.
Así se lo dejé caer y una semana más tarde se lo volví a recordar, en la misma reunión, solo que en esa ocasión ya eran tres las empresas que querían entrevistarme y que con mi bondad tan finita, yo aún no había comenzado a hablar con ninguna de ellas, pero según estuviéramos a menos de noventa días, lo haría y todos sabemos que quizás encuentras algo lindo y hermoso y esa vez si que recibió el mensaje alto y claro. Unos días después me dijo que ya estaba en contacto con los que corresponde y este lunes me informó que mi contrato de un año, había sido extendido, estirado y alargado a un contrato permanente y para ello, me entregó un papel con la información que yo también firmé, escaneé y le envié de vuelta. Así que aunque pueda parecer algo increíble y que ni nos esperabamos ni lo vimos venir, parece que seguiré en esta chamba algún tiempo más.
Un día más tarde me llega un correíllo de recursos humanos diciéndome que si sabía en dónde mirar, sabría en donde encontrar mi nuevo salario. Como el viernes ya me había mandado un correo de esos más falsos que truscoluña, que no es nación, con un enlace para hacer clic, supuse que también sería truscolán y falso, pero por si acaso, le pregunté a un compañero y me dijo que a él también le llegó, que miró en donde se supone que tenía que mirar y que para mayor asombro, gloria y satisfacción suya, le habían subido el sueldillo y por fin iba a poder comprar pan fresco y no el pan duro que venden rebajado en la panadería por ser viejo. Yo también miré en ese lugar y encontré que desde lo que ellos llaman el próximo ciclo, que al parecer no se basa en el reglote como con algunas pavas, ni en la luna, sino que era el salario de final de este mes, me subieron el sueldo un cinco y medio por ciento, sin ni siquiera llorar, rogar, pedir y patalear, que yo me había visto un montón de vídeos en el llutuve de plañideras truscolanas y podemitas y estaba dispuesto a bordar el concepto con el arte de los izquierdosos, la chusma y la gentuza. Más tarde me llega otro correo de subida de sueldo diciéndome que vaya a dónde yo me sé que hay más y resulta que la paga por objetivos me la han subido un seis por ciento, con lo que esto es un triunfo total.
Resumiendo, que he superado el año de contrato temporal y que estamos ante un nuevo y desconocido concepto, lo de las subidas de sueldo, que en la otra chamba del país del sol caguiente que yo tuve, con el rollo de la crisis eternas y los despidos sucesivos, no nos subieron el sueldo como en seis o siete años y yo ya pensaba que eso es lo natural y lo que hacen todos.
4 respuestas a “El sorpresón”
Pero antes no habia prácticamente inflación como ahora, a mi me parece que te deberian de subir mas, diselo de mi parte… 🙂
Salud
Genín, en enero me lo subieron un 4%, con lo que el total en 9 meses de trabajo es del 9.9%
Ah! eso está mucho mejor, desde luego… 🙂
Salud
Y eso sin comprarlos con magdalenas del carajo, yo estoy ahora mismo en guerrilla por ese tema también, no me sale tan fácil como a tí, seguro.