Después de que llegó la pandemia podemita y truscolana y la crisis suciolista en el planeta, mi rutina anual de viajar al sureste de Asia se fue a tomar por jauer. En el 2019 fui tres semanas en mayo a bucear, una en el parque nacional de Komodo en Indonesia, otra en la isla de Sangalaki también en Indonesia y finalmente una última en Sipadán, Malasia. Aquello fue brutal y fastuoso. Ese mismo año, tenía días acumulados y en noviembre fui una semana a las Maldivas, a la isla de Guraidhoo, en donde estuve buceando con tiburones y también me lo pasé de fábula, aunque no es la idea que tiene la gente de unas vacaciones en las Maldivas ya que no fui a una isla-resort, de esas en las que trincan un atolón precioso y montan un complejo hotelero con cabañas sobre el mar y todo lo demás y con alcohol por un tubo. Yo fui a una de las islas donde viven los habitantes de las Maldivas y comí en los cutre-restaurantes que tienen, no existía el alcohol o la carne de cochino y la gente era encantadora. Para el 2020 iba a ir con un grupo de buceadores españoles a bucear a las Maldivas, una semana en una patera y después desde allí me iba a Tailandia, pero todos sabemos lo que pasó y como los truscolanes con su líder, el cobarde que se esconde en portabultos nos trataron de amargar la vida. El viaje se pospuso al 2021, antes de que hubiera la vacuna y en aquella época no nos dejaban salir de los Países Bajos, así que no fui y resultó que los chamos que fueron, acabaron infectadísimos del virus truscolán y podemita y se tuvieron que quedar dos semanas más en hoteluchos en las Maldivas, con lo que yo lo veo como que mi Ángel de la Guarda fue muy eficiente y me salvó del drama. En el 2022 todos sabemos que se empezaban a abrir los países, pero no todos y no planeé nada y este año, al principio pensé que no podría viajar porque los billetes estaban prohibitivos pero al final, buscando, buscando, buscando, o más bien, programando búsquedas continuas en GooglEVIL y en otros buscadores de billetes, encontré uno tirado de precio relativamente para ir dos semanas a las Maldivas con una aerolínea chárter Suiza propiedad de Lufthansa. Me compré el billete sin pensarlo y después he ido apalabrando las cosas, con lo que en algo más de tres semanas agarraré mi bolso de mano con siete kilos de objetos, incluyendo dos gallumbos y dos camisetas y me iré a las Maldivas a bucear. El plan se divide en dos, ambas con el tema común de los TIBURONES, que a mí me molan mazo. Al llegar, unas horas más tarde, iré en avión a Fuvamulah, una isla al sur de las Maldivas, tan al sur que está en el hemisferio sur y a una hora y media en avión de la capital, aunque el avión es de risa y definitivamente es el avión más pequeño en el que me habré montado en mi vida, creo que tienen capacidad para unos treinta julays. En Fuvamulah, bucearé seis días y haré dieciocho inmersiones, seis de las cuales serán en el lugar conocido como El zoológico de los Tigres, porque está petado de gigantescos tiburones tigre. Es probable, si tengo suerte, que pueda ver también tiburones martillo y tiburón zorro pelágico. Después de esa expedición, volveré a la capital de las Maldivas y en el mismo día, unas horas después, iré en falúa de vuelta a Guraidhoo, para bucear cinco días y hacer dieciséis inmersiones, de las que seis espero que sean en Kandooma Thila, el lugar fabuloso e increíble en el que se pueden ver infinidad de tiburones de arrecife, tiburones de punta de aleta blanca, tiburones de punta de aleta negra y rayas Águila, además de aburridas tortugas y morenas por un tubo. Tras esto, regreso a la capital para el último día y tras eso, salto de nuevo hacia los Países Bajos con parada técnica en Zúrich.
Todo esto tiene consecuencias para el mejor blog sin premios en castellano. Tendré que dejar una purriada de fotos y de anotaciones de cine preparadas y como en ocasiones anteriores, el día a día del viaje lo iré escribiendo con el aiPá. El drama vendrá después, cuando regrese, porque calculando un mínimo garantizado de treinta y cuatro inmersiones, eso puede resultar en hasta treinta y cuatro horas de vídeos subacuáticos y traducido al cristiano, este se puede convertir en el mejor blog sin premios en castellano con vídeos de buceo, que va a haber una saturación que tardaré meses en procesar y para eso, ya estoy comprando memorias para mi cámara por un tubo, creo que tengo garantizadas las veinte horas en memorias.
En esta ocasión me quedaré en la isla de Malé la última noche y así haré algo de turismo por allí y también el primer día, en las horas que tengo que esperar para tomar el avión que me lleva a Fuvamulah, espero poder saltar a Malé, que la isla está al lado de la isla del aeropuerto, como a dos minutos en falúa y hacer turismo ese día y cuando regrese del sur, creo que tendré cuatro horas hasta que salga la falúa a Guaridhoo por la noche, aunque en ese caso usaré el tiempo para cenar y relajarme en la noche musulmana.
El siguiente paso será recuperar las escapadas de fines de semana por Europa que hacía antes de la pandemia podemita y truscolana por ciudades europedas. Eso será en el otoño, miraré si puedo encontrar lugares para visitar en fin de semana, que lo bueno de no tener coche es que no me siento culpable por volar, que mi cuota de Cé-O-Dos es bajísima, casi nula, que al contrario que los culocochistas a los que no vamos a mentar porque son muy sensibles al tema, yo no tengo carro y no contamino por ese lado y me muevo siempre en transporte público.
Y para refrescar la memoria, algunos de los eventos que ya vimos de las Maldivas en vídeo, comenzando y acabando con aviones y el resto, bajo el agua: Volando a las Maldivas desde Viena, El maravilloso mundo bajo la esquina de Kandooma, Mi primera vez en Kandooma Thila, Buceando sin mantas en su punto y en Biyadhoo Giri, Buceando con morenas, Una de tortugas y morenas gigantes, Orgía de tiburones en Kandooma Thila, primera parte, Orgía de tiburones en Kandooma Thila, segunda parte, Travesía con tiburones por un tubo y una manta, Y la cuarta fue una inmersión nocturna, La magia de las águilas marinas moteadas, Águilas marinas moteadas en formación y tiburones a granel, Tiburones en manada, Un paseo de inmersión, Dos águilas marinas moteadas, tortugas y un Napoleón, Un flipe de águila marina moteada y cara a cara con tiburones, Tiburones en una estación de limpieza, Pegadito a un Napoleón y bancos de peces a porrillo, Empacho de corales en Dhandi Giri, La primera parte de mi última inmersión en Kandooma Thila, La segunda parte de mi última inmersión en Kandooma Thila y De Malé a Zurich.
Una respuesta a “El retonno a las Maldivas”
Llévate un repelente de tiburones, o un fusil atómico submarino, o algo por el estilo para defenderte de esos bichos, al no ser que sean nativos disfrazados… 🙂
Salud