Aunque la idea original era ir una semana antes a Málaga, no pude conseguir billetes y al final fui al comenzar febrero y lo hice saliendo desde el aeropuerto de Eindhoven, al que creo que hace bastante que no vamos. El problema es que era un vuelo nocturno, un jueves por la noche, yo fui a laburar en Bolduque y después cené en la ciudad con un colega y tras esto me acerqué al aeropuerto. La música es la canción Call Me Maybe de Carly Rae Jepsen

En realidad puedes cerrar los ojos, escuchar la canción y no te pierdes nada porque no se ve una mielda, aunque sé de uno que llorará lágrimas de cocodrilo y dirá que esto es lo más lindo y lo más bello que ha visto en su vida y se lo repetirá y tripitará a su intimísima cuando vayan con sus carros a tomarse el cafelito en el aparcamiento del Carreful, que para eso son culocochistas. Para más recochineo, el sistema de asignación automático de la aerolínea me puso en ventana pero justo encima del motor, que por la noche lleva una luz fortísima encendida y solo se ve el puto reflejo de esa luz. Primero vamos hacia la cabecera de pista, que está al lado de la terminal porque el viento estaba de nuestro lado, y esperamos un poco para despegar, que no tengo ni idea de por qué, ya que solo quedaban dos vuelos, contando este y cerraban el aeropuerto. Sobre el minuto y medio vemos la terminal al fondo, el chófer pisa el acelerador y salimos por patas. Desde el aire se intuye un poco la ciudad de Eindhoven, pero con esa luz blanca tan dañina en la esquina inferior derecha, no es que haya mucho por ver.