Una de las cosas que de siempre quería hacer pero que se escapaba a mi atención por culpa de la falta de tiempo era la meditación, lo cual es irónico ya que es algo para lo que hay que tener al menos un poquito de tiempo. Cuando me botaron a la puta calle de la multinacional esa del sol naciente en la que me prostituía por un salario, prácticamente lo cuarto o lo quinto que hice fue buscar algún programa para mi iPad, instalarlo y buscar la manera de aprender a meditar, algo que para muchos será fácil y sencillo, pero en mi caso, con un cabezón que porta un cerebro que siempre tiene múltiples líneas de pensamiento y actividad cerebral abiertas, me parecía complicado.
Creo que tardé un par de días en encontrar una meditación que me resultó interesante y que duraba algo menos de diez minutos y se supone que te ayuda a enfocar tu concentración y lo hace contando respiraciones. Mi primera vez fue una debacle y la segunda y la tercera y la cuarta. El problema era exactamente la multitarea cerebral, mientras la pava me cuenta una coña y me dice que cuente las respiraciones, que parece algo fácil y sencillo, ella misma me distrae hablando y al mismo tiempo, mi cerebro piensa en lo que voy a hacer ese día, lo que voy a comer, lo que me gustaría hacer en lo que me queda de verano, lo que me gustaría ver en el cine, lo que hice ayer, lo que estoy escuchando en podcasts y todo eso está en mi cabeza al mismo tiempo distrayéndome y haciendo imposible que cuente las putas respiraciones, que era una tarea sencillísima.
A fuerza de repetirlo, día a día y fracasar, poco a poco fui mejorando y de repente, un día, había conseguido anular todos esos pensamientos, había conseguido ignorar la voz de la mujer que hace la meditación y me había centrado en ignorarlo todo, enfocar mi atención en la respiración y contar las susodichas. Todo un éxito.
Por supuesto mi cerebro no tiene bastante con eso y cuando lo logré, se inició una tarea de optimización, se crearon nuevos caminos neuronales y tras unos días, sucedió lo que debía suceder y ahora tengo una línea separada que cuenta las respiraciones y el resto del cerebro puede seguir a lo suyo. Esto es igual que cuando escucho audio libros, que puedo ir en bici, o en el tren, o estar en el supermercado o correr y mi cerebro mantiene esa tarea aislada del resto y soy perfectamente consciente de lo que estoy escuchando y no me distraigo, lo cual anula la excusa de muchos amigos que siempre lloriquean porque dicen que para leer tienen que estar en un sitio tranquilo y sin hacer nada más.
Volviendo a la meditación, que al final resultó algo interesante y ahora estoy explorando otras, aunque hay veces que funcionan y me resultan super-interesantes y otras en las que me quedo dormido de tanto meditar ….
4 respuestas a “Contando respiraciones”
Para eso, las mejores, son las mujeres, a nosotros se nos da mal hacer varias cosas a la vez, ten cuidado, a ver si te empiezan a crecer las tetas… 🙂
Salud
My interesante porque a mí también me resulta muy difícil, y me recomendaron empezar con sesiones de meditación de pocos minutos, y con las de «walking meditation» que es lo que parece, meditar mientras caminas, preferiblemente por un parque o jardín. ¿Podrías por favor decir cuál es la app que usas?
Insight timer
Muchas gracias!