Yo tengo un vago recuerdo de la película que no es la primera parte de esta, aunque comparten el tema y tal y tal. Me gustó un montón cuando la vi, pero reconozco que era cine de palomitas y efectos especiales y no era algo que uno va a ver al cine para enriquecer su espíritu. Cuando me enteré que iban a hacer otra peli sobre el tema y vi el trailer por primera vez, flipé porque está muy bien hecho y tenían lo importante, que son los tornados, que a estas pelis uno no va para disfrutar de la dicción de los actores o del maravilloso maquillaje y el vestuario, vas a verlos sufrir y si es posible, que mueran muchos. Esta segunda parte añade una letra S al título, haciéndolo plurar y se titula Twisters y en España optaron por el título original, que todos ya sabemos que esto se traduce por truscoluña no es nación.

Una julay regresa a la barriada periférica en donde se crió y se encoña de un chamo.

Tenemos que una pava que en el instituto se hizo científica de barrio que elimina tornados y que haciendo sus pruebas consiguió matar a tres amigos, ahora trabaja de meteoróloga en Nueva York. El otro que sobrevivió la convence para que vuelva con su equipo y allí conoce a un panoli llutuver y la chama se encoña con él que no veas y el chamo, que lo que quiere es empetársela hasta los pelos de los güevos, le sigue el rollo. Cruzarán un montón de tornados, cada vez más grandes que el anterior y en un momento determinado, llega el final, que es la reconcha de sus madres y claro, ella conseguirá demostrar que su educación con radio ECCA funcionó y que es lo más y él sigue empecinado en empetársela hasta los pelos de los güevos.

No hay muchas cosas que se puedan definir como pelis de verano mejor que esta. Es entretenimiento para disfrutar y reírte con algunas de las volatadas, que las hay y en abundancia. Hay un montón de química entre Daisy Edgar-Jones y Glen Powell, aunque yo tengo clarísimo que hasta una piedra pringada de mielda de truscolán tiene carisma si la pones en una foto con ese hombre, cada vez parece más obvio que será el estrellón de las próximas décadas. La película procura no perder el ritmo y avanzamos de tontería a tontería y tiro porque me toca. Inicialmente parece que Glen Powell es el malo pero después se descubre que no lo es, que ella es la que se arrejuntó con los malos y los malvados y los podemitas, suciolistas y truscolanes, que quieren robarle al pueblo como esa gentuza hace siempre. Es probable que repita, aunque reconozco que ya no me acuerdo de casi nada, porque me lo pasé bien y el aire acondicionado en el cine es fabuloso.

Esto es cine para los miembros del Clan de los Orcos, que mejor acuden en manada y hasta con las hembras. Probablemente disgustará enormemente a los sub-intelectuales con GafaPasta.